Cuando vi la noticia de los perros durante la semana pasada no pude ni leerla. Mi hermano llamo el viernes para preguntarme si había escrito algo. Me contó a lujo de detalles lo que no quería leer. Como murieron los animales, que habían hecho con ellos y la gran “purucha” de dinero que ganarían los animales que matarían a animales.
Total, son perros, me imagino que pensaron. ¿Pero como carajo, alguien tiene corazón para matar a un animal de esa manera?
Yo sencillamente quería estar anejanada al tema. Pero me ahora en la ultima oración, sentí como se revuelve mi alma y mi corazón por esta tragedia entupida que sabrá Dios quien la comenzó. Si no respetamos la vida humana, como van a respetar a un animalito indefenso. Lo que mas me mato fue el silencio de Dona Soto en la mañana. Mi esposo me miro, y yo sabia, igual que todos, que fue el silencio de la injusticia y de los por que acompañado de lagrimas.
Seguramente a esta gente la matara la conciencia. Cuando se le acabe el dinero y recuerden la mirada perdida de cada uno de estos animales. Que un día vivieron en un hogar con amor y que supieron que al menos, no todos los animales de dos patas son malos.
Recordemos que todos los perros, van al cielo. Pero no todos los animales van y menos los que mataron por dinero.
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