Celos, malditos celos

Hasta el tuétano… así era yo de celosa… Pero el no se quedaba atrás… Me parece ver una escena de la parodia de Celos Malditos Celos de Club Sunshine…cualquiera de los dos pudo ser el protagonista. Gracias a Dios, una de esas ocasiones fue la que colmo la copa, quería hasta manejar lo que me ponía… Con mi ropa no te metes… no, no, no! No me jodas…

Los celos fue uno de los temas que tocaron el viernes de maluria en Sin Stress y en el que quise participar. Me sentí muy identificada, tuve que llamar, no lo pude evitar. Es que no puedo quitar la imagen de una vez que me presento una compañera de trabajo y la mire de arriba abajo como otra “trespadora” como decía Altagracia la de Entrando por la Cocina. A veces mis celos eran con razón, otras como esa, veía cosas donde no las había. Los celos son enfermizos.

Trate de buscar en las páginas de psicología como se manejaban, esto tiene que estar en el DSM-IV (el manual de psiquiatrías y psicólogos)… es un “most” (en buen español) aparecer allí… que pena que no lo tengo en casa.

Gracias a Dios encontré el amor verdadero y la seguridad que estaba bien escondida en mi corazón. Al fin y al cabo recuerde que el único que pierde en este jueguito es usted, que es el que se hace de ideas, cuando no las ahí. Aunque hay gente que se las trae…y se las lleva también.

Yo le recomiendo los celos si:

-Usted quiere alejar a su pareja y que se vaya con otra
-Si tiene sinusitis y quiere descongestionarse, llorando
-Contraer una enfermedad venérea (tanto física como mental)
-Quiere comprar ropa nueva
-Si desea salir con sus amigas
-Quiere el control del televisor
-Tomar un carro prestado (ese que siempre quiso guiar)
-Si desea un nuevo hogar (no necesariamente donde viva su pareja)
-Si siempre soñó con ponerse una peluca
-Si quiere manejar su coraje rayando un carro de lado a lado
-Mejorar la memoria, aprendiéndose la lista de teléfonos de su cuenta de celular
-Cortándole… el teléfono

Que bueno que ya no soy celosa, pero a veces todavía me quiero poner la peluca y tomar prestada la guagua blanca de mi cuñada.