Bueno, digamos que a mi también me llego la dichosa carta esa que dice que es mi ultimo día de vida de la pasada semana. Me quede sin poder publicar mi triste carta. Pero aquí les va:
Siempre he dicho que quiero descansar en paz en mi pueblo del alma Mayagüez. Si fuese el último día, wow… quisiera morir en el intento como dijo el hermoso e inteligente periodista Jorge Ramos. El intento se los dejo a la imaginación.
Ese día me levantaría tempranito a caminar por la playa y disfrutar de la sensación de mis pies entre la arena (que gracias a Dios no estará tan caliente). Aprovechare para darme un chapuzón en el mar y sentir las olas, su vaivén y dar con mis brazos contra ellas. Ese día no lloverá (ya lo decidí). Las nubes harán una fiesta para mi llegada y se verán tan hermosas, para que las recuerde como el mas hermoso cuadro que he podido ver. Cada día cambia su paisaje por eso me gusta tanto mirar al cielo.
Pero mientras tanto, al mediodía haría una reunión, un party de esos familiares. Dios mío, tendría que hacer dos. Un almuerzo con toda la familia cercana a mi esposo, para contar los chismecitos y reírnos de todo. De camino a mi pueblo llamare para decirte a la gente que nunca llamo para saludarla y quedar en llamarla otra vez. La cena en Mayagüez será con toda mi familia, con chistes pelones.
Es difícil pensar en la muerte. Que es lo único seguro que tenemos. Pero Dios sabe que cada uno vivimos como si fuese ultimo respiro. Cada noche morimos y cada día comenzamos a respirar un nuevo aire. Que le apeste a algunos ese es su problema, pero salimos adelante. De eso es lo que se trata la vida. Por que como dijo el excelentísimo chofer, cantante, policía y stripper…. Pa’lante, que pa’tras no hay na’.
Y por si acaso, cuando llego la carta le cambie la dirección y se la envía a otro.
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